En qué momento olvidamos que el “Homo Sapiens” del que nos jactamos ser, nació en África, en esa cuna de la humanidad maravillosa y negra, como el café y el ébano, llena de sabor y cultura, donde se gestaron los pilares de la sociedad que hoy conocemos.
En qué momento olvidamos la lucha contra la segregación racial de Nelson Mandela, Martin Luther King, Frederick Douglas, Washington Caver y otros nobel como Desmond Tutu y Albert Lutuli. Del liderazgo de mujeres como Rosa Parks, encarcelada por no ceder el asiento a un blanco en un bus en Alabama, a Sojourner Truth, primera mujer negra en ganar un juicio contra un blanco y a Toni Morrison, comprometida con la lucha contra el racismo, premio Pulitzer 1988 y Nobel de Literatura 1993.
En qué momento olvidamos a Denis Mukwege, ginecólogo de mujeres violadas y victimas de mutilación genital, Nobel de Paz 2018; a Patience Mthunzi científica sudafricana que sobresale por sus investigaciones tan cercanas a curar el VIH Sida. A tantos científicos como Lewis Latimer que colaboró con el desarrollo del teléfono, a Garret Morgan, el séptimo de once niños hijos de esclavos, quien sin terminar de estudiar, inventó la mascara de gas en 1912 y el semáforo en 1923 tras presenciar un terrible accidente de tránsito y por supuesto a William Lewis Nobel de Economía 1979 y a Wole Soyinka, Nobel de Literatura 1986.
En que momento olvidamos la fuerza y disciplina del deportista negro, de Jordan, Pelé, Mohamed Ali y Serena Williams, ni hablar de los miles de actores y cantantes que con su talento llenan de alegría y fiesta al mundo. Del sabor y vozarrón que solo los negros tienen y que los ha hecho pioneros del jazz, el góspel, el blues, la salsa y hasta la cumbia, sin duda, los ritmos africanos, sus danzas y carnavales son la génesis de nuestro folclor.
Saben en que momento lo olvidamos? En ninguno, porque no se olvida lo que se desconoce, por que investigué bastante antes de escribir este artículo y es algo que me avergüenza, pero me avergüenza mucho más que a nuestros días permitamos tanto dolor, humillación y violencia contra una población que en más del 90% vive en la pobreza, privada de sus derechos y de las oportunidades que merece. Ninguna reivindicación es suficiente para esta raza o fenotipo o etnia, da igual, al final es lo que menos importa, sobretodo en estos días en los que todos nos creemos dueños de lo que es y no es políticamente correcto.
Solo espero que no lo olvidemos más y que sentemos una voz mundial de protesta, pues al final del día, la luna no brillaría sin la oscuridad de la noche, la sangre de todos es roja y tú pupila y la mía son negras.
Lara
/ 03 Jun 2020Como olvidar al Joe! Negro es mi corazón! Roja mi sangre y multicolor mi pensamiento. Abajo el racismo.
Rosario Paz
/ 04 Jun 2020❤️ I love Idris
Angélica Ossa
/ 06 Jun 2020Brutos… yo tampoco sabía.. gracias x hacernos consciente… mandemosle éste lindo artículo a monsieur Troump