Aposento de dioses,

adornado de encajes de ranitas y mariposas,

de delfines y de aves.

Rio inmenso de anacondas y pirañas,

donde fecunda haces fiesta entre tormentas y caudales.

 

Imperio victorioso y mágico,

hogar de jaguares, de perezosos,

de lagartijas y guacamayos,

Tierra de sueños y misterios,

de fieras, de monstruos y de hadas,

 

Reino de la vida,

maravilla que baña la sabana

mientras el cielo se inclina,

ante tu color y belleza.

 

¿Cómo no me va a doler cuando te queman?

¿Cómo no me va a doler cuando te talan?

 

Si eres el pulmón profundo del planeta,

Si eres la esperanza de los seres,

de los niños y las niñas,

Si eres fértil e indomable,

madre verde, madre mía,

mi sufrida Amazonia.

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