La niña caminaba distraída,

la pintura la llamó,

se acercó lentamente,

 perdiéndose en los ojos del bebé.

 

Cada noche,

lo abrazaba,

con ternura lo pensaba,

lo recordaba.

 

Anhelo?, instinto?

Quién sabe!

Lo cierto es que

después de muchos años,

la niña fue madre y se reencontró

 con esos hermosos ojos.

 

Comments ( 3 )

  • María Eugenia Pérez

    Bellos poemas , muchas gracias, los disfruté mucho.

    • Victoria Paz Ablanque

      Gracias Maria Eugenia, un abrazo.

  • Rosario Paz

    La pintura no molestaba! En Cambio esos ojitos verdes! Ay Dios mio ❤️

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