¡Analfabeto![1]

  • ¡Analfabeto!

Le gritó la niña al inocente y cariñoso niño que simplemente quería sentarse a su lado.

Aterrorizado el pequeño Lucas no tuvo más que salir corriendo con lágrimas en los ojos, hasta los brazos de su querida profesora.

  • ¿Qué pasó Lucas? ¡Cuéntame!

 

  • Luciana me ha llamado ¡Analfabeto! – respondió el pequeño.

Con una tierna sonrisa, la maestra, de aquellas que no minimiza los sentimientos de los niños, como debe ser, le preguntó dulcemente:

  • ¿Lucas, y tú sabes que es un analfabeto?

 

  • No profesora, no lo sé, pero se ha escuchado muy feo.

 

  • ¿Luciana y tú?

Sonrojada y agachando la cabeza respondió:

  • ¡No señora no lo sé!

 

  • ¡Bien niños, vamos a explicárselo a todos!

 

Hasta hace algunas décadas los estudiantes que terminaban la escuela secundaria, tenían como función alfabetizar, que no es más que enseñar a una persona a leer y a escribir,  un analfabeto o una analfabeta, es eso, una persona que no ha tenido la oportunidad de aprender a plasmar y reconocer en un escrito, su propio lenguaje. Algunos colegios aún alfabetizan, otros realizan algún trabajo social diferente.

 

A mí, me tocaba ir a un pueblo cercano los martes en la tarde, me llevaba mis apuntes y me iba al salón comunal a enseñar a adultos a escribir sus nombres, a diferenciar las vocales de las consonantes, a hacer frases cortas, a escribir la lista del mercado; en fin, cosas cotidianas.

 

Avanzábamos mucho, se les veía la necesidad y las ganas de aprender,  para mí era gratificante ver como poco a poco podían leer el periódico, los libros, las postales. Varios siguieron la escuela y cambiaron para siempre sus condiciones de vida y su relación con el entorno.

 

  • ¡Ustedes no saben la suerte que tienen de estar aprendiendo tantas cosas desde pequeños!

 

  • ¡Pero profesora, yo sé leer y escribir! ¡Mmmm bueno estoy aprendiendo! Pero cada día lo hago mejor; puedo leer mis deberes y no me parece ofensivo eso de ser analfabeto, es triste que una persona no pueda comunicarse por escrito.

 

  • Tienes razón Lucas, pero desafortunadamente, según la UNESCO en el 2018 existían cerca de 800 millones de adultos analfabetas, la mayoría mujeres, lo que les impide acceder a educación y trabajos dignos.

 

  • ¡Qué mal! Mi abuelo no sabe muy bien leer y escribir, pero él es quién me viene a buscar todos los días a la escuela y le gusta que le explique mis tareas. El necesita leer los medicamentos de mi abuelita y las fechas de las citas al médico y yo le ayudo con eso.- Agregó Andrés, el más disciplinado de la clase.

 

  • Muy bien Andrés, estas alfabetizando y eso es lo que debemos hacer los que sabemos leer y escribir. La misión ahora es aún más grande mis chiquillos, pues a nuestros días hablamos también de “Analfabetismo Digital” que es la incapacidad para entender y usar de forma productiva las nuevas tecnologías y el internet.

 

  • ¡Ayyy! Profesora pero Analfabetas Digitales sí que deben ser millones en el mundo. – Agregó Tatiana.

Exacto, es por eso, que en los tiempos, de pandemia, globalización y conectividad que hoy vivimos, no podemos permitir que se agrande la brecha digital.

  • ¿La brecha digital? y ¿qué es eso?

 

  • Es la desigualdad en el acceso a internet y a las nuevas tecnologías de la información TICs, lo que es lo mismo desigualdad en conocimientos y competencias. El hecho de que una gran parte de la población mundial no tenga acceso a internet, le impide aprovechar su potencial educativo, creativo y laboral, además de desarrollarse económica y socialmente, lo que se traduce en falta de oportunidades, en otras palabras, en pobreza.

 

La educación es la base de una sociedad justa y en igualdad de condiciones para vivir en paz, y el acceso a internet nos permite libertad, información e independencia económica.

 

  • ¡Pero, mi mamá me regaña si paso mucho tiempo en internet! – Agrega Martina.

 

  • Claro Martina, porque debemos aprovechar el internet, la biblioteca más grande del mundo, en la que podemos aumentar nuestros conocimientos, luchar por nuestros derechos y reconocer y acatar nuestros deberes, por eso en la red debemos invertir el tiempo aprendiendo.

 

¡Así partieron los niños a casa con una nueva e importante lección!

El 8 de septiembre celebramos el día Internacional de la Alfabetización, y el compromiso mío y suyo, que puede leer o escuchar este artículo es compartir el conocimiento y alfabetizar en las letras, como en la era digital, conscientes de que un país dirigido por un gobierno que sepa aprovechar la tecnología podrá garantizar su propio desarrollo y sostenibilidad, optimizando sus recursos naturales y humanos, dando lugar a una mejor calidad de vida sea en un empleo formal o con la creación de su propio emprendimiento.

“Feliz 8 de septiembre, día de la Alfabetización”

[1] Según la RAE Real academia de la lengua española Analfabeta es femenino y Analfabeto masculino.

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